martes, 24 de julio de 2018

Sigo siendo un contrabandista


Sigo siendo un contrabandista, y me gustaría ser caballero.
En pocas horas cruzaré la muga. Esta vez la física para seguir siendo un contrabandista alguien que va a buscar fuera lo que aquí no se encuentra o es difícil de encontrar.
La muga es como se designa en el lenguaje popular, y en la topografía, la frontera.
Pero las fronteras que quiero traspasar no solo son físicas, sino también ideológicas. Que nadie se engañe desde la primera entrada de este blog no se ha ocultado esa intención.
Este blog no nació para afirmar los espacios de confort. Ni para dar nuevos argumentos a quien ya los tiene. Nació también de una voluntad de romper con el quijotismo, ese ver gigantes cuando hay molinos de viento. El quijotismo esta bien cuando busca emular la caballería, la verdadera caballería, la que desface entuertos, busca la verdad, y protege a las damas. Pero el quijotismo no sirve para nada cuando no sabe ver la realidad, lo que hay y como se puede cambiar.
La caballería también tiene como misiones en los ejércitos modernos la exploración y la explotación del éxito. Y en ello también me afano.
Intentaré seguir escribiendo desde el otro lado de la muga, esta vez física, como muchos días os escribo desde el otro lado de la muga, desde el otro lado de las fronteras mentales.


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