viernes, 16 de febrero de 2024

Itinerarios ¿espirituales?

 Se que muchos libros de estilo ponen que no se debe poner interrogantes en los títulos, pero no me atrevo a escribir itinerario espiritual sin abrir alguna duda.

De muy joven tuve un leve contacto con el Opus, fue accidental, la típica invitación a un club donde hacían actividades y te adoctrinaban en lo suyo. De esa etapa solo tengo un recuerdo especial, que hice un poco de amistad con uno de los que eran del Opus, y que algún tiempo mas tarde me llamaba para rezar el rosario juntos, a veces pensé que para él era un desahogo que lo hiciéramos. En realidad no tuvo mucha importancia ese contacto con la obra, pero aprendí algunas cosas.

Con alrededor de 18 años Ernesto Mila me confió a Francis Garcia. Con el tuve un cierto adentramiento en la filosofía tradicional, una cosa que ahora se incluye según como en la filosofía perenne. Estudie en primer lugar a Julius Evola, y tras él otros autores tradicionales, Rene Guenon, Schuon, etc.

El debate en ese momento era saber si había una tradición occidental que seguir, una tradición que demostrase "la entrega" la filiación de sus maestros y su continuidad. Mi búsqueda resulto vana. No la encontré. El refugio al maestro interior y cosas semejantes sirvió de alivio. Esto se combino con una pasada por un grupo ligado a una comunidad carmelita de Barcelona. Y con visitas a centros budistas o islámicos de la mano de Francis. De todo ello salió un conocimiento de la Filocalia, la oración de Corazón, el peregrino ruso y la oración de Jesús. Pero no encontré a nadie con el que practicar. Ello me llevo a acercarme al Zen, primero de la mano de Durheim, 

Luego vino la paternidad y eso me hizo dedicarme mas a la familia. Pero estando en el Sobrarbe contacte con una monja Budista del monasterio Zen River, que vivía allí y que periódicamente proponía unos encuentros de meditación a los que me unía. Con ella profundice en la practica del Zen, por ello ahora mismo sigo meditando en cojín (Zafu) y con las manos a la altura del ombligo como aprendí con ella.

Mas tarde al acercarme a Huesca ciudad en el 2019 contacte con un grupo local de la shanga de Barbara Kosen. Llegue a hacer un retiro en un monasterio que tienen en Cáceres con ellos. 

En un encuentro en un centro de Yoga de unos monjes de la Shanga de Barbara Kosen, Javier de Lérida me hablo de una experiencia "occidental" de meditación. Y por ello contacte con Amigos del Desierto. Asistí antes de la pandemia a una sesión de meditación en Almudevar. Y pandemia mediante he ido poco a poco siendo mas "amigo".

En medio de todo esto estuvo el yoga, en el que sigo. Se inicio como un modo de cuidar mi espalda en una época que trabajaba en la construcción. Y poco o mucho he ido practicando desde entonces. Ello me ha dado una visión mas amplia de nuestro ser.