miércoles, 27 de junio de 2018

Fake-Constitucionalismo.





Le llaman constitucionalismo pero no lo es.

Seamos claros la constitución del 78 fue una componenda de ese momento. Se preservaba el sistema electoral establecido en el 77 y las autonomías de primera concedidas con anterioridad a la redacción de esa constitución.
En los últimos 80 años en España ha habido dos regímenes políticos, el franquismo y el constitucionalismo, unos 40 años cada uno. Pero en España ha habido periodos como ese en que ha habido más de media docena de constituciones. Cójase el periodo que se quiera del siglo XIX.
Hoy parece que reconocer una evidencia, que las constituciones españolas no siempre han sido muy duraderas, es ponerse al borde del precipicio. Y eso hace que cualquiera que pretenda un cambio político en España intente disimular la envergadura del cambio diciéndose constitucionalista.
Le llaman constitucionalismo pero no lo es. Intentar desmontar los “garitos autonómicos” con cualquiera de las excusas, desde la tarjeta sanitaria única, a la petición de igualdad salarial para cualquier tipo de funcionario, o las peticiones de cuerpos únicos estatales para ciertos funcionarios desde sanitarios, forestales, educadores, etc son un ataque al constitucionalismo oficial, ese bloque compuesto por el texto del 78 y las principales leyes orgánicas, estatutos de autonomía incluidos.
Hasta que no se rompa ese tabú político no quedará otra que seguir sonriendo cuando nos hablen de constitucionalismo y lo que en el fondo nos expliquen es que se quiere poner boca abajo el régimen del 78.


domingo, 10 de junio de 2018

Lecciones de radicalidad


Va esta entrada en primera persona intentando evitar el nosotros y evitando citar a cada uno de los que me ha acompañado en cada una de las aventuras que quisiera contar. Entre otras cosas porque los que en unas ocasiones estaban de mi flanco otras veces estaban enfrente, y la vida, que sigue y continúa, hará que los que esta semana me critican dentro de unos meses puedan ser  los que están conmigo, o al revés.

Empecé en política muy joven, ahora incluso creo que demasiado joven. Pero eso ya no lo puedo cambiar, con 12 años ya corría por centros políticos, con 14 me afilie por primera vez a un  partido. Con 16 ya viví mi primera decisión de cambio radical de partido. Y desde ese momento he ido pasando de una radicalidad a otra.

Con 18 años era militante del Frente de la Juventud, habiendo ya pasado por el Frente Nacional de la Juventud y grupos menores de Barcelona. Entonces considerábamos a Fuerza Nueva una cosa moderada. Pero el asesinato de Juan Ignacio, el 23-F y alguna circunstancia mas me hicieron a volver a Fuerza Nueva. Ganaron los socialistas, y como cada vez que a España llega un gobierno socialista, algunos dijeron que llegaba el Frente Popular, y se creyeron, si de verdad se creyeron, que nos iban a fusilar. Se disolvió Fuerza Nueva en noviembre del 82. A esas alturas solo cabía una sería reflexión sobre lo que ocurría, pero la inercia, como siempre, llevo a las entonces “fuerzas nacionales”, a seguir en lo que había.

Yo elegí otros derroteros, contacte con el mundo ecologista y viví mi primera experiencia en otro ambiente político. Por el camino algunos viejos amigos optamos bien por la reflexión, como en algunos grupos e iniciativas que confluyeron en Disidencias, bien en experiencias que confluyeron en Juntas Españolas. Viví episodios en los dos sitios, desde presentar ponencias en congresos de Juntas Españolas a impulsar Disidencias y varios contactos que terminaron en lo que se llamo Plataforma Nueva Europa y que culmino en una experiencia radical europeísta llamada “Sin Tregua” con compañeros de aventura venidos del troskismo.

Sin Tregua llego a su límite sobre el 92, y entonces los que venían de Juntas Españolas junto a los restos de CEDADE propusieron Alternativa Demócrata Nacional, lo que terminó siendo Democracia Nacional. Frente a ello otros opusimos Alternativa Europea. Era la radicalidad nacional-revolucionaria, en la que nos llegamos a auto-etiquetar de nacional-bolcheviques.

En el 95 algunos amigos entraron en FE-JONS y propusieron que intentásemos profundizar en una falange moderna y mas escorada a la izquierda de lo habitual. Fueron los tiempos de Gustavo Morales como Jefe Nacional. Aquello se acabo y unos cuantos fuimos “Vértice”. De allí llegamos a la coalición electoral del 2000, cuando fui primer candidato por Barcelona. La coalición no aguanto pero unos cuantos terminamos juntos en el Movimiento Social Republicano.  

A los 45 años creí que había que seguir las consignas de Ramiro Ledesma y deje el activismo político, porque había que dejar paso a otras generaciones porque la revolución, como sostenía Ledesma, era una cuestión de juventudes. Y volví por un tiempo al mundo ecologista.

Pero la vida es muy sabia y me enseño que no acaba con 45 años. Y regresé poco después con Agropound, un intento de experiencia radical rural, que tenía en su germen la idea de una comunidad rural basaba en la ocupación de tierras, aunque no lo decía expresamente.

La vuelta a la política me llevo a intentar ver el panorama y optar por la federación Respeto, pero su conformación impedía que hubiese una afiliación directa a Respeto tal y como algunos queríamos. La opción fue afiliarse a uno de los partidos federados. Pero Respeto optaba por la vía municipal, lo que hizo que incluso fuese candidato de FE-JONS a las generales.

Pero aun así no se abría el panorama, y desde enero del 2017 fui dando “toques” sobre las posibilidades que ofrecía Vox.

Cuando uno no ha de recibir lecciones de radicalidad de nadie puede tomar las opciones que crea necesarias. Y en eso estamos. Es verdad que he sido radicalmente europeísta y radicalmente partidario de una economía dirigida. Pero en cambio otros temas me fueron siempre ajenos y no me implique en ellos, ni tuve etapa revisionista, ni he sido nunca de CEDADE pese a que algún periodista o supuesto investigador así lo escriba.

Estos días algunos pretenden darme lecciones de radicalidad. No creo que me hagan falta. A algunos de ellos yo les he acusado en el pasado de moderados, y ahora el aire corre en dirección contraria.

Pero en lo que si estaré siempre es en intentar conseguir lo mejor para las fuerzas patrióticas en cada momento, y por ahora creo que hay una opción posible de llevar a algunos al parlamento europeo al lado de Le Pen y compañía.

lunes, 4 de junio de 2018

La regla de la coma.

Cada vez que hay elecciones o se acercan, o se analizan a posteriori, insisto en la regla de la coma. Todo resultado que quede por encima de la coma cuenta, lo que queda por debajo no sirve para nada. Es decir todo lo que supere el 1% es valido, todo lo que queda por debajo, da lo mismo que sea 0,x que 0,0x, queda en  lo anecdótico.

Y en función de eso con los años ves que iniciativas tienen un mínimo de relevancia, y cuales quedan en el mundo de lo curioso, a veces próximo, pero no por ello efímero o discreto.

Ello me ha llevado en ocasiones a repasar, en el año 2015 por ejemplo, los resultados electorales municipales con especial cuidado. Y a no olvidar en que lugares y que sitios las candidaturas patrióticas han conseguido electos o han superado la coma. Es bueno indicarlo de cara a las elecciones municipales de dentro de un año.


Me confieso, si estuve el domingo en Barcelona en el acto de VOX.

El domingo 3 de junio si que estuve en el acto de VOX de Barcelona. Y el sábado 2 estuve en la manifestación "Mataro se queda en España". Mientras que de Mataro si que puse alguna foto en mis redes sociales en directo, en cambio del acto de VOX espere a ver y oír lo que realmente se decía, y a quien me encontraba por allí, y a 24 horas mas de reflexión antes de escribir nada.

Había mucho conocido en el acto de VOX, mas de lo que en un principio esperaba. Alguno en un alarde comento al final "la mitad de la asistencia son amigos nuestros".

Tanto el sábado como el domingo no hubo casi banderas catalanas. El sábado hubo una bandera europea en el inicio de la marcha, y muy pocas catalanas, todo fueron banderas españolas y de Tabarnia. El domingo solo había bandera españolas. Algunos me critican la ausencia de banderas catalanas en el acto del domingo. Pero olvidan que las banderas catalanas de las movilizaciones de octubre y noviembre han casi desparecido a favor de las de Tabarnia desde finales de diciembre.

Los discursos del domingo estaban en la linea de lo esperado... y algo mas. En unos casos mi afinidad es incluso personal como es el caso de Jorge Buxade. En otros escuche con atención a los oradores y no puedo mas que mostrar mi asentimiento a lo que todos ellos dijeron. Es posible que algunas de las cosas hubiera preferido que se dijeran con mayor radicalidad, pero también he de reconocer que otras yo las expresaría con mayor moderación. En ese plano pues, en el del discurso público, no tengo ninguna critica de importancia a hacer.

He expresado en público ya varias veces que Vox puede ser una opción posible, ya cuando Abascal acudió a Coblenza, a principios del 2017, a la reunión del grupo parlamentario de Marine Le Pen en el Parlamento Europeo lo hice en este mismo blog. Y hace poco en la entrada "Entre VOX y la ultra un juego de tronos social patriótico"  me expresaba en esa misma dirección.

No tengo ninguna intención de renunciar a mi apoyo a las dos iniciativas que he apoyado este fin de semana. Se que a algunos no les va a gustar. Pero es así, en Mataro, y otros sitios similares (Olot, Vendrell, Salt, Ripoll, Alcala y corredor de Henares, San Lorenzo del Escorial, Jaén,...) seguiré apoyando las iniciativas locales que existen, pero para las elecciones europeas mi opción a día de hoy es VOX.