Cuando soñaba con
el MSI
Era joven. Y en
aquella época algunos veíamos al MSI (Movimiento Social Italiano)
como un referente de lo que podíamos construir en España. Entonces
el MSI lo dirigía Almirante, aunque nosotros nos considerábamos
rautianos, seguidores de Pino Rauti. Porque en el MSI había
corrientes, aunque oficialmente no estaban organizadas para sus
congresos se elegían delegados y cada corriente presentaba sus
propuestas. Tenia en aquella época incluso un esquema, quizás
todavía este entre algunos de mis papeles, de cuales habían sido
las corrientes en los diferentes congresos. Y habíamos hecho correr
entre nosotros copias de los documentos de uno de los congresos de
cada corriente porque uno que tenia contactos se las había enviado,
el periódico del partido las había ido publicando como separata
central una por día.
La idea es que una
vez se consolidase lo que se veía venir nosotros podríamos hacer lo
mismo en España. En aquel momento Blas Piñar era diputado y parecía
posible con el tiempo que se consolidase esa posibilidad. Aunque
algunos de nosotros no estábamos en Fuerza Nueva. Las cosas se
torcieron, el runrun del golpe no cesaba, y al final alguien lo
provoco. A nosotros nos provocaron con el asesinato de Juan Ignacio.
Todo se desencadeno rápidamente. En el 82, yo ya estaba en Fuerza
Nueva en ese momento, se perdió el escaño, ganaron los socialistas,
y algunos faltos de valor, que se les suponía, disolvieron. Fueron
extraordinariamente rápidos. Las elecciones fueron en octubre y para
el 20N ya se hizo la disolución oficial. En ese periodo de tiempo
algunos intentamos que no se disolviese, pero no se consiguió. Las
situaciones fueron de lo mas chusco, por ejemplo se tapio la puerta
que conectaba la sede del sindicato FNT con el partido FN porque FNT
no quiso disolverse. Tengo mas anécdotas y detalles de aquellos
días, pero no es el caso ahora.
Con esta perspectiva
a finales del 82 se corto la posibilidad de que ese MSI “a la
española” con el que soñábamos se desvaneció. Los hechos nos
demostraron que teníamos razón, aquella disolución era la muerte
de cualquier posibilidad de ese tipo.
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